Fuimos una escalera creada peldaño por peldaño, una escalera no muy recistente, no muy estable, solo un par de columnas sostenian el peso pesado de esa diagonal sin descanso. De a poco, se fue estancando, no mucho presupuesto, no mucho material.
Hoy, hay material, hay presupuesto, no hay diseñador de columnas, no hay apoyo para los peldaños. Se quiere subir, no se puede subir.
Dos diseñadores enfrentados por sus ideas, por allá, dudas si crear un descanso, si derrumbarla, o si ponerle esa goma para no deslizar, por aca, se crearle algun otro peldaño, si finalizarla, si crear columnas como salga o tambien, derrumbarla.
Una escalera, un pasaje para el 2do piso; solo eso, una escalera, pero tan conflictiva como el hecho mismo de este amor tan formal para un par de informales, un amor vendado, cegado por el olvido obligado, por mas dificil y doloroso que se demuestra.
Estos labios secos, dolidos, heridos; que si descanso esta escalera tenga, sea minimamente lastimoso, meramente productivo.
Y si Neruda me permite, Una noche como esta te tuve entre mis brazos, te bese tantas veces sobre el cielo infinito, te ame tan incondicionalmente, te recordé tan espontaneamente, que lo que tu repetias y yo negaba que ocurriria hoy esta sucediendo.Pero hoy, no me importa el material ni el presupuesto, no se si quiero descanso o derrumbe, solo se, que yo, me atrevo a diseñar columnas.
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